martes, 26 de mayo de 2009

Le decimos adiós…


En un fin de semana grato, nostálgico, emocionante, revulsivo, atrayente, confortante, y para algunos hasta romántico.




Porque le dijimos adiós a Paolo Maldini, el “eterno” se nos va de las canchas, me cuesta por un instante creerlo, no porque fuese imposible (algún día tendría que llegar este momento), pero pertenezco a una generación que no se entendería futbolísticamente sin Maldini de rossonero o azzurri. Me tocó verlo en cuatro mundiales, pero además en todas y cada una de las competiciones en las que participa el AC Milan prácticamente desde que tengo uso de razón. Siempre nominado en ese lapso de tiempo a innumerables condecoraciones como uno de los mejores futbolistas no solo del mundo, sino de toda la historia.



En dos de esos mundiales enfrentó a México por lo que la excelencia de su juego tuvo la gracia ser vista con más detalle en tierras mexicanas.

Para la más reciente Copa del Mundo en Alemania él ya no quiso estar, irónicamente pudiéndose haber coronado con el único trofeo que no logró, cosas del futbol.

Il Capitano, San Paolo, Il Bello, Apolo Maldini, El Eterno: gracias Paolo, contigo en el campo de juego el futbol siempre fue elegancia, fuerza, lealtad, personalidad, carácter y victoria. Gracias Paolo.


Los madridistas también dijeron adiós a otro italiano, Fabio Cannavaro deja el club habiéndose mostrado como el mejor jugador del mundo en su primer torneo con los blancos después de ganar la Copa del Mundo con Italia en Alemania 2006.

Fue también una emotiva despedida en el Santiago Bernabéu, si bien no ha sido un histórico merengue, fue pieza importante del bicampeonato del Real Madrid en 2006-2007 y 2007-2008, la casa blanca también le agradeció su labor en el último juego en casa del Madrid en la temporada 2008-2009.





En México:

Por lo menos a un suspiro de terminar el torneo más mediocre de épocas recientes le dijimos adiós al ridículo que significa ese torpe sistema de competencia que permite premiar al conformismo más que a otra cosa. Al final dos de los tres equipos más consistentes se pusieron en la antesala del título.



Cierto, lo hicieron perdiendo en casa y haciendo gala precisamente del exceso de confianza que en ocasiones significa parsimonia injustificada, pero Pumas fiel a su costumbre nunca bajó los brazos, y el trabajo de tres años puede por fin darles su sexta estrella. Pachuca ganó la serie con goles, me parece que no necesita mayor explicación.

Me parece muy respetable el esfuerzo de Indios y Puebla, pero pienso que su avance a tales instancias del torneo se debió más a lo que dejaron de hacer otros equipos que hundidos en la mezquindad hicieron de peor manera las cosas, más no la hicieron mejor los demás.

Así la final se jugará entre un equipo grande y uno que pretende serlo con base a títulos, para mí no hay favorito claro, el futbol es de momentos y de grandes batallas, estoy seguro de que veremos una bella definición.

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